Esta semana he visto el capítulo número 7 de “The Pacific”, y debo reconocer que la sigo viendo por el impacto visual de algunas escenas, y porque sólo me supone el esfuerzo de poner la tele… aún así he hubo momentos en que hice Zapping… con un documental sobre la vida de Mike Tyson!
Pero no puedo decir que la serie no sea buena, se notan mucho los 200 millones de € de presupuesto. La producción es perfecta, la factura técnica extraordinaria, los pequeños detalles como uniformes, armamento, lenguaje técnico son sobresalientes. Todo está cuidado hasta el milímetro y sería muy difícil encontrar fallos de continuidad o gazapos como los que vemos en Lost.
La serie nos muestra la realidad de la guerra: Momentos de tranquilidad donde pensar, agobiarse, confraternizar, y comerse el tarro entremezclados con otros momentos frenéticos de tensión máxima donde nos metemos de pleno en el ritmo frenético de la guerra y sentimos empatía por esos soldados, luchando en un escenario totalmente desconocido, contra unos enemigos de los que no saben nada.
La serie nos muestra la realidad de la guerra: Momentos de tranquilidad donde pensar, agobiarse, confraternizar, y comerse el tarro entremezclados con otros momentos frenéticos de tensión máxima donde nos metemos de pleno en el ritmo frenético de la guerra y sentimos empatía por esos soldados, luchando en un escenario totalmente desconocido, contra unos enemigos de los que no saben nada.
La guerra llega por etapas muy violentas y los momentos de combate no son tantos como podíamos creer, incluso nos transmite que para algunos marines los peores días son aquellos en los que no hay combate, donde llega a salir lo peor (matar lentamente al enemigo o robar a los cadáveres) y lo mejor (compartir la ultima cantimplora de agua potable) de cada uno de ellos.
El mayor mérito que le doy a “The Pacific” es conseguir que seamos empáticos con los Marines, que pensemos como ellos, que veamos lo difícil que tenía que ser ordenar a los soldados que vayan a una misión suicida, que sintamos como debe ser estar corriendo bajo una lluvia de balas donde sobrevivir es una simple cuestión de suerte, etc…
Tampoco es la típica serie pro-america, ya que nos deja claro que los Marines fueron abandonados a su suerte, en unas condiciones infrahumanas y sin recursos, dejando a la administración USA en mal lugar.
Para los amantes de la historia como yo, el hecho que esté basada en los libros de tres supervivientes, Eugene B. Sledge, ( With the Old Breed) , John Basilone (I’m Staying With My Boys), y Robert Leckie (Helmet For My Pillow) le da un valor añadido… y quién sabe si en el futuro no caerá alguno de estos libros. De hecho creo que los primeros minutos, con la participación de los veteranos de guerra, donde nos hacen un resumen de lo que será el capitulo son de lo más destacado.
Todo lo que he dicho es bueno, y sin embargo no me acaba de enganchar. El motivo es que la veo repetitiva en algunos aspectos y que el ritmo es , en algunos momento, exasperadamente lento. Acabaré con una frase pronunciada en el capitulo de ayer que puede resumir la filosofia de la guerra y de la propia serie.
Todo lo que he dicho es bueno, y sin embargo no me acaba de enganchar. El motivo es que la veo repetitiva en algunos aspectos y que el ritmo es , en algunos momento, exasperadamente lento. Acabaré con una frase pronunciada en el capitulo de ayer que puede resumir la filosofia de la guerra y de la propia serie.
NEVER RUN WHEN YOU CAN WALK
NEVER WALK WHEN YOU CAN STAND
NEVER SATNA WHEN YOU CAN SIT
NEVER SIT WHEN YOU CAN LAY DOWN
NEVER LAY DOWN WHEN YOU CAN SLEEP
AND NEVER PASS A SUPPLY OF CLEAN WATER.
AMEN.
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